Por Alex Véliz Burgos, psicólogo, Mg. en Psicología, Académico Universidad Arturo Prat.
Durante estos últimos días, hemos observado por televisión cómo se discuten las alternativas para una nueva reforma legislativa que entregue una mayor posibilidad de mejorar la calidad de la educación y por lo tanto disminuir las brechas sociales existentes entre nuestra población. Se han formado comisiones de expertos y representantes de diversos estamentos del mundo social y educacional.
Sin embargo, no debe dejarse de lado en esta discusión nacional, el rol fundamental que le cabe a la familia y especialmente a los padres, en el proceso de educación tanto formal como social que se da en el país.
La familia tiene el privilegio de entregar las primeras pautas respecto a cómo nos debemos relacionar con el mundo, que debemos hacer, pensar y hasta sentir. Recibimos en ella un conjunto de valores que luego vamos profundizando o modificando en el transcurso de nuestras vidas, especialmente cuando ingresamos al sistema escolar en cada una de sus instancias (preescolar, básica, media y educación superior).
Esto significa que gran parte de lo que hacemos tiene relación con los valores y pautas entregados en lo que llamaremos la educación refleja. Donde la familia se constituye en actor principal, pues aprendemos en este ambiente protegido muchos de los símbolos y significados que utilizaremos en nuestro quehacer diario en el presente y en el futuro.
Por lo tanto, cualquier cambio en el sistema educativo a cualquier nivel, debe considerar a la familia, pero no a un solo tipo de familia, sino que se debe respetar la diversidad de familias que existen en nuestro país, cada una aportando a los procesos de crecimiento y de cambio social.
Se debe integrar a los padres en los procesos de enseñanza-aprendizaje, a fin de que ellos fortalezcan estos procesos y por lo tanto, se transformen en mediadores efectivos para que sus hijos logren aprendizajes significativos. Cuando los padres se involucran y apoyan a la escuela, y por lo tanto a sus hijos, esto se transforma en un elemento positivo que fortalece el aprendizaje de los niños y niñas, aumenta la motivación y contribuye a que se puedan emprender los desafíos del desarrollo con mayor tolerancia.
Resulta pues fundamental, que los padres se involucren en la educación de sus hijos, participando en los procesos de discusión respecto a la visión de país que se quiere tener, pues cuando recibimos educación formal, estamos siendo parte de la visión de país que queremos tanto en el presente como a mediano y largo plazo.
2 comentarios:
hola profesor rodrigo, soy estudiante de educacion, solo quiero decirle que usted se ve muy atractivo en esa foto...
Muchas Gracias
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